El último sábado de mayo, un día después de que Manuel
saliera del hospital, me entró una ansiedad muy fuerte por comer dulce…un
antojo exagerado cuya causa pude identificar claramente: era una mezcla de
aburrimiento y cansancio que afloró después de los días de ir y venir al
hospital.
Sumado a esto, hay una tienda muy cerca de casa en la que
venden de todo para la casa y sí, también venden chocolates, además las mismas marcas del super pero a mitad de
precio. Pues el viernes me tocó ir a comprar un banquito para ayudar a Manuel a
ducharse y claro, vi cada cosa y desde entonces me entró ese deseo por el
chocolate que duró todo el sábado….
A cada tanto entraba a la habitación y le preguntaba a Manuel
si “quería algo” de allí y, a veces, me contestaba que sí… otras que no iba a
comer nada para no tentarme…
En fin, reconociendo que estaba tan cansada decidí acostarme
pero lo hice pensando que cuando me levantara, iría a comprar los chocolates “y
se acabó el sufrimiento”…pues qué hice?
Me levanté, esperé a que cerrara la tienda y salí a pasear
con Orión. Durante ese tiempo de espera y durante el paseo, me repetía algunas frases que me vengo diciendo; no son
frases mágicas pero sí que las formulé pensando en repetirlas hasta que me las
creyera. Una de ellas es “vivo en amor y respeto hacia mí, mi cuerpo y mente”
quizás a ti no te funcione pero para mí significa que he decidido cuidarme, quererme….y actuar
al respecto…y esa vez, funcionó perfectamente…nada de porquerías para mi,
gracias.
Soy consciente de que si como algo de ese estilo, no querré
parar sobre todo por ese estado de ansiedad/estrés que estoy teniendo, pero
tampoco voy a esconder la otra cara de lo que sucede, porque no me beneficia en
nada… así que 1 semana después, llega de visita mi cuñado y trae unas galletas
cargadas de connotaciones emocionales: se parecen a las que hacía su madre (mi
suegra) a la que no conocí y Manuel, al probarlas, lo confirmó …me las comí y,
por supuesto, eso desencadenó unas ganas de seguir y seguir…acompañadas de
cierta culpabilidad.
Ahí es donde me estoy centrando ahora, en no darle un sentido
negativo al acto de comer chucherías. Espero explicarme bien, sé y comprendo
que no me beneficia comer eso pero tampoco quiero fustigarme; al contrario,
quiero sentir que realmente no las quiero comer, en vez de centrarme en que no
las puedo comer. Hay una enorme diferencia porque lo primero sería una decisión
propia y voluntaria, mientras que lo segundo es una imposición que no estoy
terminando de asimilar.
Así que durante estas 2 últimas semanas me seguiré concentrando
en:
*Retomar un orden con las comidas que, debido a las visitas
al hospital y otras cosas, estaba patas arriba. Darme cuenta que a mí sí me
resulta comer solo 3 veces, si hago más comidas tiendo a picotear mucho.
*Preparar y disfrutar conscientemente esas comidas, llenarlas
de variedad y color.
*Evitar juzgarme o criticarme por cada bocado fuera de las
comidas, como dije antes eso sería incentivar más esa ansiedad, y no sólo
sucede con alimentos pocos saludables. Por ejemplo, a mí me encanta el café y
sé que es irritante y no me conviene ahora por el tema del intestino irritable, pero no quiero dejarlo…soy honesta no quiero,
me gusta mucho…hace mucho que no bebo litros, así que prefiero “negociar”
conmigo: 1 taza muy flojita de café, máximo 2, en el momento en que realmente
lo disfruto.
*Cada mañana, me siento a tomar un té o infusión, escucho un mantra y agradezco
todo lo que tengo, empezando por ese nuevo día luego cuando vuelvo del
entrenamiento, desayuno con ese café que me da placer.
Lo más importante ha sido marcar tiempos específicos en los
que hago cosas por y para mí: meditar, pintar, leer, estudiar, buscar empleo y
siempre desde la tranquilidad…puedo sentarme y preocuparme por lo que no tengo
y se me irán las horas en zozobras o puedo ocuparme de mí y hacer lo necesario
para encontrarme mejor.
Detalles pequeños, cosas sencillas, un paso a la vez, un día
a la vez…en eso me estoy concentrando, la pregunta es ¿qué puedo hacer HOY por
mi? Sólo puedo vivir el presente y que así sea!
No hay comentarios:
Publicar un comentario