Nutrire Smart

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jueves, 9 de junio de 2016

El viaje de Yuby: retomando-me

El último sábado de mayo, un día después de que Manuel saliera del hospital, me entró una ansiedad muy fuerte por comer dulce…un antojo exagerado cuya causa pude identificar claramente: era una mezcla de aburrimiento y cansancio que afloró después de los días de ir y venir al hospital.

Sumado a esto, hay una tienda muy cerca de casa en la que venden de todo para la casa y sí, también venden chocolates, además  las mismas marcas del super pero a mitad de precio. Pues el viernes me tocó ir a comprar un banquito para ayudar a Manuel a ducharse y claro, vi cada cosa y desde entonces me entró ese deseo por el chocolate que duró todo el sábado….

A cada tanto entraba a la habitación y le preguntaba a Manuel si “quería algo” de allí y, a veces, me contestaba que sí… otras que no iba a comer nada para no tentarme…
En fin, reconociendo que estaba tan cansada decidí acostarme pero lo hice pensando que cuando me levantara, iría a comprar los chocolates “y se acabó el sufrimiento”…pues qué hice?

Me levanté, esperé a que cerrara la tienda y salí a pasear con Orión. Durante ese tiempo de espera y durante el paseo, me repetía  algunas frases que me vengo diciendo; no son frases mágicas pero sí que las formulé pensando en repetirlas hasta que me las creyera. Una de ellas es “vivo en amor y respeto hacia mí, mi cuerpo y mente” quizás a ti no te funcione pero para mí significa  que he decidido cuidarme, quererme….y actuar al respecto…y esa vez, funcionó perfectamente…nada de porquerías para mi, gracias.


Soy consciente de que si como algo de ese estilo, no querré parar sobre todo por ese estado de ansiedad/estrés que estoy teniendo, pero tampoco voy a esconder la otra cara de lo que sucede, porque no me beneficia en nada… así que 1 semana después, llega de visita mi cuñado y trae unas galletas cargadas de connotaciones emocionales: se parecen a las que hacía su madre (mi suegra) a la que no conocí y Manuel, al probarlas, lo confirmó …me las comí y, por supuesto, eso desencadenó unas ganas de seguir y seguir…acompañadas de cierta culpabilidad.


Ahí es donde me estoy centrando ahora, en no darle un sentido negativo al acto de comer chucherías. Espero explicarme bien, sé y comprendo que no me beneficia comer eso pero tampoco quiero fustigarme; al contrario, quiero sentir que realmente no las quiero comer, en vez de centrarme en que no las puedo comer. Hay una enorme diferencia porque lo primero sería una decisión propia y voluntaria, mientras que lo segundo es una imposición que no estoy terminando de asimilar.


Así que durante estas 2 últimas semanas me seguiré concentrando en:

*Retomar un orden con las comidas que, debido a las visitas al hospital y otras cosas, estaba patas arriba. Darme cuenta que a mí sí me resulta comer solo 3 veces, si hago más comidas tiendo a picotear mucho.

*Preparar y disfrutar conscientemente esas comidas, llenarlas de variedad y color.

*Evitar juzgarme o criticarme por cada bocado fuera de las comidas, como dije antes eso sería incentivar más esa ansiedad, y no sólo sucede con alimentos pocos saludables. Por ejemplo, a mí me encanta el café y sé que es irritante y no me conviene ahora por el tema del intestino irritable,  pero no quiero dejarlo…soy honesta no quiero, me gusta mucho…hace mucho que no bebo litros, así que prefiero “negociar” conmigo: 1 taza muy flojita de café, máximo 2, en el momento en que realmente lo disfruto.

*Cada mañana, me siento a tomar un  té o infusión, escucho un mantra y agradezco todo lo que tengo, empezando por ese nuevo día luego cuando vuelvo del entrenamiento, desayuno con ese café que me da placer.

Lo más importante ha sido marcar tiempos específicos en los que hago cosas por y para mí: meditar, pintar, leer, estudiar, buscar empleo y siempre desde la tranquilidad…puedo sentarme y preocuparme por lo que no tengo y se me irán las horas en zozobras o puedo ocuparme de mí y hacer lo necesario para encontrarme mejor.
Detalles pequeños, cosas sencillas, un paso a la vez, un día a la vez…en eso me estoy concentrando, la pregunta es ¿qué puedo hacer HOY por mi? Sólo puedo vivir el presente y que así sea!








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