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domingo, 24 de julio de 2016

SÉ TÚ, NO LO OLVIDES

Alguien que no me conoce, me dejo el comentario de arriba hace unos días atrás en un post y yo quiero añadir “Sé tú, no lo olvides no importa cuánto la hayas cagado”
Estoy aprendiendo de mis baches y, gracias a ellos, tengo la oportunidad de ser consciente y tomar acción al respecto.  

En el anterior post, les conté que los ajos eran una estrategia de choque (no curación) que la terapeuta me recomendó para cambiar un momento de ansiedad muy fuerte….pues bien, allí estaba yo un sábado de camino a casa, venía de visitar a Manuel en el hospital, planificando una ruta de  compras de cantidades gigantescas de chocolate, galletas, etc. Y como iba a “disfrutar” en casa sola, sin que nadie me viera.

De repente, antes de entrar al metro, me di cuenta de que justamente lo estaba haciendo porque estaba sola, pero que no era la sensación que quería. Además estaba tan cansada que, un rato antes, me había quedado dormida con Manuel en su cama de hospital…

Reconocí rápidamente mis “activadores”: cansancio, tristeza por soledad y aburrimiento y decidí comer un ajo…fue tan asqueroso, que me puse a llorar pero no de rabia, sino porque picaba muchísimo la lengua y no tenía agua…. ¿por qué me lo habré comido por qué? Era lo único que pensaba y el dolor de la lengua por ese sabor tan fuerte.
¡Funcionó! Porque se me olvidó por completo todo el plan anterior…ojo, yo no estoy diciendo que lo hagan si tienen ansiedad, digo que a mí me funcionó…unas hora después pude darme cuenta de que realmente tenía hambre, que no era solo antojo y decidí prepararme algo mientras me lo decía en voz alta. No sé por qué, pero fue como cuando le explicas a un niño pequeño que comida le estás haciendo, pues igual hice conmigo, me calmé totalmente  y saboreé esa comida…

Días después, se lo conté a la terapeuta y le pregunté ¿cómo sabré cuándo quiero comer un chocolate por ansiedad y cuándo por el placer de disfrutarlo? Y ¿si estoy tan cansada pero no puedo descansar en ese momento qué hago?

La respuesta a la primera pregunta, me surgió sola: ansiedad es deseo de acabar ese chocolate rápidamente, disfrutarlo me llevará más tiempo, mis respiraciones serán diferentes, mis pensamientos también, con ansiedad “necesito” y si voy a disfrutarlo simplemente lo quiero.

Para la segunda respuesta, pues me enseñó una técnica exprés de meditación que se basa simplemente en respirar y dejarse llevar mirando el agua de una botella. Esto tan simple pretende distraer y me recordó a otra técnica que usaba y retomaré, mirar fijamente un objeto o escenario y describir cada detalle mentalmente….el foco se aleja del cansancio o lo que incomoda.

Sé que el éxito, en mi caso la recuperación, no vendrá de la noche a la mañana porque es que además llevo años con el mismo hábito, mi cerebro ya sabe como funcionar desde la zona de confort… y después de esa pequeña victoria, he tenido derrotas. Hay días en los que ni siquiera sé si me está sirviendo la terapia o me siento incapaz de poner en práctica algunas de las herramientas.

Pero como me dijeron en ese comentario: “Sé tú, no lo olvides” y como parte de ser yo, es ser testaruda jaja  pues no me voy a dar por vencida, mi desafío será darme cuenta cuando mi cerebro quiere volver allí para actuar como ya sabe, cuando se siente triste o cansado.

Voy a enfocarme en 3 cosas que, pienso nos vendría bien a todos practicar:

1.     Hacer un detox de pensamientos negativos. En vez de decir “ es muy difícil para mí cambiar” usaré “yo puedo y quiero aprender a gestionar mi alimentación” en vez de pensar “perder peso es lo más importante” diré “acepto mi cuerpo como es y quiero  mejorarlo”
2.     No me castigaré por las caídas y si me halagaré por los logros por mínimos que me parezcan.
3.     Me trataré como a una niña que quiero mucho, porque acaso le diría: eres estúpida? O tonta? Pues no, entonces tampoco me merezco esos insultos



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