Un mes después vuelvo a escribir sobre este viaje aunque no
he dejado de cuidarme…
Cuando uno quiere cambiar ciertos patrones de conducta, en mi
caso dejar de comer compulsivamente, o eliminar un mal hábito como fumar tiene
la esperanza de que los cambios sucedan rápidamente.
A veces, si ocurren esos llamados “click”, un algo que te
hace caer en cuenta de lo negativo y decides cambiarlo radicalmente. Otras
veces no es así, hay recaídas que es lo que me ha pasado, algunos ejemplos:
*Fuimos a Suecia (porque la comida es más barata allí),
llegué cansada y no pude parar un rato y ¿qué hice? Tapar el cansancio con chocolates,
lo malo no es el chocolate, sino el deseo de querer terminártelos ya.
*Manuel volvió al hospital por unos días y yo el primer día,
aún cuando procuré hacer meditación y relajarme, me sentí sola y ¿qué hice?
Pues tapar esa emoción con nueces y chocolates.
Y así…un par de veces más me sucedió esto, pero quiero
encontrar el lado positivo a esta conducta, porque la tiene ¿Y cuál es?....
Pues que me estoy dando cuenta precisamente de cómo uso la
comida para ocultar una emoción que no quiero sentir.
Estoy cansada, no puedo descansar, no sé qué hacer … como.
Estoy triste por sentirme sola, no sé qué hacer…como.
Y es que sentirse triste por ejemplo no es nada malo, aunque
no hayan enseñado que sí; la tristeza es un aviso de que algo se está
desequilibrando y puedes remediarlo antes de que se haga más profundo y se
convierta en tu estado natural: una depresión no admitida o desapercibida.
Igualmente, el cansancio es un aviso de que tu cuerpo requiere parar, pero como
las mujeres parece que tenemos superpoderes, no somos capaces de expresar
nuestros deseos y tragamos, sí literalmente tragamos emociones y para que quede
bien al fondo, tragamos comida.
También podemos ocultar con la comida muchos vacíos como el
profesional, porque no nos sentimos a gusto con lo que hacemos, o un vacío
emocional por una mala relación o inexistente con nuestra pareja o nuestra
familia.
Lo cierto es que nos enseñaron que las emociones se
relacionen con la comida: vas a un entierro y hay comida, vas a un cumpleaños, es
navidad, o cualquier celebración y hay comida…y bastante.
Usamos la comida como castigo o recompensa pero la verdad es
que la comida es para nutrir nuestro cuerpo, para estar sanos, no para cubrir
lo que sentimos.
Así que en mi proceso de cambio ACEPTO que, algunas veces, la
cago pero ahora voy reconociendo el POR QUÉ lo hago, y SIN CULPARME O JUZGARME ….al contrario ME PERDONO y me hago
CONSCIENTE de qué ocasionó ese deseo compulsivo, cómo puedo remedirlo o
mejorarlo la próxima vez y aquí entran los ajos…
Hablando con mi terapeuta, me recomendó buscar 5 factores
boom (así los llama) que estén conectados con los 5 sentidos para que cuando surja
esos momentos de querer comer compulsivamente, recurra a ellos para bajar mis
niveles de estrés o ansiedad.
Así pues hay que escoger elementos que agraden a nuestros
sentidos, olor relajante, alguna actividad como pintar, escuchar música que te
anime…
Si el nivel de estrés es muy elevado, el único sentido que
será estimulado de manera “negativa” será el gusto y en, mi caso, escogí comer
dientes de ajo si siento que no logro relajarme…es un choque a ese sentido,
para romper con el deseo de dulce que es mi caso.
Aún no los he comido, debo confesar, porque el solo hecho de
pensar en su sabor ha hecho que desista de la idea de comer dulce….y con esto
también aprendí que no podemos suponer nada…el día que me sentía sola, no
llevaba en mi cartera ajos porque, tonta de mi pensé: "no me va a dar
ansiedad en la calle nunca!…pues me dio y antes de esperar a llegar a casa a
comer ajos…decidí comer chocolate…asumo mi responsabilidad, así que de ahora en
adelante esos ajos van conmigo.
Por supuesto, sigo haciendo el resto de cosas que he
comentado en otros posts, escuchar mantras, pintar los mandalas, hacer
meditaciones casi interdiarias, escribo alguna palabras por la mañana como guía
para el día...todo suma y todo cuenta y el cambio ocurrirá porque tengo
confianza en mí y porque tomo acción para que ocurra.
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