En la dieta que predominan los hidratos de carbono, el cuerpo
los utiliza como principal combustible. Con el consumo de hidratos de carbono
se estimula la liberación de insulina en el páncreas. La insulina, entre otras
muchas acciones, disminuye la combustión de grasas (lipólisis) y permite la
entrada de glucosa al interior de las células del tejido adiposo y músculo.
En cambio, en una dieta baja en hidratos de carbono el cuerpo
activa el uso de grasas que no estimula la insulina y cuando esta está controlada, porque no hay altos niveles
de glucosa en sangre, aumenta la hormona glucagón que es el principal estímulo
para que se produzca una degradación del tejido graso, es decir, una oxidación de
triglicéridos (quema de grasa) en el
tejido adiposo.
Cada molécula de TG se transforma en una molécula de glicerol
y tres de ácidos grasos libres (AGL) que irán a los diferentes tejidos donde se
usarán como fuente de energía gracias a que se oxidaron en las mitocondrias.
Los AGL que no se utilizan como fuente de energía, viajan
hasta el hígado donde sufren la llamada betaoxidación y se producen los cuerpos
cetónicos (CC). Estos cuerpos cetónicos son 3:
*el ácido acetoacético (acetoacetato)
*el ácido betahidroxibutírico (β-hidroxibutirato)
* una parte del acetoacetato.
El cuerpo está en cetosis (no cetoacidosis que si es bien
peligroso) y esos cuerpos cetónicos son
usados como fuente de energía por TODOS los órganos, INCLUSO el cerebro, que
tiene una capacidad de obtener hasta un 75% de su energía de los cuerpos
cetónicos principalmente del betahidroxibutírico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario